Autor: V. E. SCHWAB
Kell es uno de los últimos magos Antari con una rara y codiciada habilidad para viajar entre Londres paralelos; Rojo, Gris, Blanco y, una vez, Negro.
Kell se crió en Arnes (el Londres Rojo) y sirve oficialmente al Imperio Maresh como embajador, viajando entre los frecuentes y sangrientos cambios de régimen en el Londres Blanco y la corte de Jorge III en el Londres más aburrido, el que ya no tiene magia que ver.
Extraoficialmente, Kell es un contrabandista que presta servicios a personas dispuestas a pagar incluso por el más mínimo vistazo de un mundo que nunca verán. Es un pasatiempo desafiante con consecuencias peligrosas, que Kell ahora está viendo de primera mano.
Después de que un intercambio sale mal, Kell escapa al Londres Gris y se topa con Delilah Bard, una ratera con elevadas aspiraciones. Primero le roba, luego lo salva de un enemigo mortal y finalmente obliga a Kell a llevarla a otro mundo para vivir una aventura adecuada.
Ahora la magia peligrosa está en marcha y la traición acecha a cada paso. Para salvar todos los mundos, primero deberán mantenerse con vida.
IDIOMA ORIGINAL
Kell is one of the last Antari―magicians with a rare, coveted ability to travel between parallel Londons; Red, Grey, White, and, once upon a time, Black.
Kell was raised in Arnes―Red London―and officially serves the Maresh Empire as an ambassador, traveling between the frequent bloody regime changes in White London and the court of George III in the dullest of Londons, the one without any magic left to see.
Unofficially, Kell is a smuggler, servicing people willing to pay for even the smallest glimpses of a world they'll never see. It's a defiant hobby with dangerous consequences, which Kell is now seeing firsthand.
After an exchange goes awry, Kell escapes to Grey London and runs into Delilah Bard, a cut-purse with lofty aspirations. She first robs him, then saves him from a deadly enemy, and finally forces Kell to spirit her to another world for a proper adventure.
Now perilous magic is afoot, and treachery lurks at every turn. To save all of the worlds, they'll first need to stay alive.