Autor: ELENA ARMAS
Un ejecutivo de fútbol caído en desgracia solicita a regañadientes la ayuda de una estrella de fútbol retirada para entrenar a un equipo infantil en esta historia de amor de un pequeño pueblo en la línea de Ted Lasso y Sucedió un verano, del autor más vendido del New York Times de The Spanish Love Deception.
Adalyn Reyes lleva años perfeccionando su rutina diaria: despertarse al amanecer, conducir hasta las oficinas del Miami Flames FC, esforzarse al máximo para dejar huella, volver a casa y repetir.
Pero su rutina se ve interrumpida cuando un vídeo de ella en un altercado con la mascota del equipo se vuelve viral. En lugar de despedirla, el dueño del equipo, que resulta ser su padre, envía a Adalyn al medio de la nada de Carolina del Norte, donde tiene la tarea de transformar al equipo de fútbol local en problemas, los Green Warriors, como una forma de redimirse. Sus planes se desmoronan al descubrir que los jugadores usan tutús para practicar (poco práctico), tienen cabras como mascotas (desordenadas), están aterrorizados por Adalyn (contraproducente) y son niños de nueve años.
Para empeorar las cosas, también está en la ciudad Cameron Caldani, un portero prodigio cuya presencia es un tanto misteriosa. Cam es el candidato perfecto para ayudar a Adalyn, pero después de un primer encuentro muy desafortunado que involucró a un gallo, la pierna de Cam y el parachoques de Adalyn, también está decidido a sacarla de la ciudad. Pero el destierro no es una opción para Adalyn. No otra vez. Ayudar a este heterogéneo equipo infantil es su camino hacia la redención, y ella está jugando a largo plazo. Con o sin la ayuda de Cam.
IDIOMA ORIGINAL
A disgraced soccer exec reluctantly enlists the help of a retired soccer star in coaching a children’s team in this small-town love story in the vein of Ted Lasso and It Happened One Summer —from the New York Times bestselling author of The Spanish Love Deception.
Adalyn Reyes has spent years perfecting her daily routine: wake up at dawn, drive to the Miami Flames FC offices, try her hardest to leave a mark, go home, and repeat.
But her routine is disrupted when a video of her in an altercation with the team’s mascot goes viral. Rather than fire her, the team’s owner—who happens to be her father—sends Adalyn to middle-of-nowhere North Carolina, where she’s tasked with turning around the struggling local soccer team, the Green Warriors, as a way to redeem herself. Her plans crumble upon discovering that the players wear tutus to practice (impractical), keep pet goats (messy), and are terrified of Adalyn (counterproductive), and are nine-year-old kids.
To make things worse, also in town is Cameron Caldani, goalkeeping prodigy whose presence is somewhat of a mystery. Cam is the perfect candidate to help Adalyn, but after one very unfortunate first encounter involving a rooster, Cam’s leg, and Adalyn’s bumper, he’s also set on running her out of town. But banishment is not an option for Adalyn. Not again. Helping this ragtag children’s team is her road to redemption, and she is playing the long game. With or without Cam’s help.