Autor: YIYE AVILA
A cada uno Dios le da la manifestación del Espíritu para bien común; es decir, para beneficio de todos, para bendición de todo el cuerpo. Dios no le da la manifestación a una denominación, ni a una congregación en particular. El sentir de Dios es que todos reciban bendición y haya unidad perfecta en el cuerpo, que es la Iglesia. El sentir de la carne puede ser otro, pero el de Dios es ese. Sin embargo, hay quienes sostienen que los dones del Espíritu Santo son solo de la época apostólica. Lo que sucede es que a menudo se pasa por alto lo que Dios hace en medio de su pueblo hoy en día mediante la participación activa y dinámica del Espíritu Santo. Entonces, ¿cuál es el mayor problema que enfrentamos?
Es evidente que se trata de la ignorancia. Un gran número de cristianos son creyentes de muchos años y no conocen siquiera cuál es su don. Desconocen que somos instrumentos en las manos de Dios y que Él nos ha capacitado para llevar a cabo sus propósitos. Por lo tanto, este libro nos muestra que debemos orar y ayunar a fin de que la gran bendición de los dones del Espíritu se manifieste.
To each one God gives the manifestation of the Spirit for the common good; that is, for the benefit of all, for the blessing of the whole body. God does not give the manifestation to a denomination, nor to a particular congregation. God's feeling is that all receive blessing and that there be perfect unity in the body, which is the Church. The sentiment of the flesh may be different, but that is God's sentiment. However, there are those who maintain that the gifts of the Holy Spirit are only from the apostolic era. What is often overlooked is what God is doing in the midst of his people today through the active and dynamic participation of the Holy Spirit. So what is the biggest problem we face?
Clearly, it is ignorance. A great number of Christians are long-time believers and do not even know what their gift is. They do not know that we are instruments in God's hands and that He has empowered us to carry out His purposes. Therefore, this book shows us that we must pray and fast so that the great blessing of the gifts of the Spirit may be manifested.